Chile ha experimentado cambios significativos en su panorama de seguridad en los últimos años. Aunque las estadísticas oficiales muestran una disminución en la tasa de delitos, la percepción de inseguridad entre los ciudadanos ha aumentado.

Según las Estadísticas Policiales y Judiciales, el número de denuncias en 2022 fue de 150,676, lo que representa un aumento del 7.6% en comparación con 2021. Sin embargo, el número de personas detenidas disminuyó en un 32.0% en el mismo período. Además, un informe de El Mostrador indica que los ingresos de causas desde 2006 a 2022 aumentaron en un 50%, los homicidios se incrementaron en un 40% en los últimos seis años y los secuestros en un 140% en 10 años. Además, en 2022 se registraron 1,425,712 causas.

A pesar de la disminución en la tasa de delitos, la percepción de inseguridad en Chile ha alcanzado su nivel más alto en una década, con un 90.6% según la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (ENUSC) 2022. Además, más del 70% de los encuestados en una encuesta de la CCS percibe al país como inseguro.

Esta brecha entre la realidad de los delitos y la percepción de inseguridad en Chile plantea un desafío significativo para la sociedad. Varios factores pueden contribuir a esta brecha, incluyendo la cobertura mediática de crímenes violentos y la falta de confianza en las instituciones de seguridad.

Es importante abordar tanto la realidad de los delitos como la percepción de inseguridad para mejorar la seguridad en Chile. La percepción de inseguridad puede estar influenciada por experiencias personales de delincuencia, interacciones con otros que han sido víctimas de delitos, y exposición a la cobertura mediática de crímenes violentos. Además, las experiencias anteriores de victimización o delitos en el entorno, el aumento de la delincuencia, la presencia de mafias organizadas y el narcotráfico, así como la corrupción y falta de eficacia de las instituciones, todos pueden contribuir a la sensación de inseguridad.

La brecha entre los delitos reales y la percepción de inseguridad puede tener un impacto significativo en los ciudadanos chilenos. Puede llevar a cambios en el comportamiento cotidiano, como reforzar la seguridad de las casas, evitar salir a ciertas horas o dejar de asistir a ciertos lugares. Además, puede aumentar la tensión, el estrés y la desconfianza en las instituciones encargadas de mantener la seguridad. También puede generar una desconexión con la realidad y debilitar el contrato social entre los ciudadanos.

Para abordar este problema, el Gobierno de Chile ha implementado varias medidas para mejorar la seguridad en el país. Estas incluyen el aumento del presupuesto de orden y seguridad ciudadana, la implementación de la Primera Política Nacional contra el Crimen Organizado, y la publicación de leyes de seguridad. Además, se han destinado recursos para el mejoramiento de las policías y la adquisición de vehículos y equipamiento para Carabineros. También se ha llevado a cabo un plan de ingreso de Carabineros y un plan de infraestructura para la seguridad.

En conclusión, la brecha entre la realidad de los delitos y la percepción de inseguridad en Chile es un desafío complejo que requiere una solución multifacética. Es importante analizar los factores que contribuyen a esta brecha y abordar tanto la realidad de los delitos como la percepción de inseguridad para mejorar la seguridad en el país. Con la implementación de medidas efectivas y el fortalecimiento de las instituciones, se puede construir un entorno más seguro y tranquilo para todos los ciudadanos chilenos.